"Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios." Evangelio de hoy

Texto del Evangelio (Lc 6,12-19): En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.

Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

Para la reflexión:
José Gilberto Ballinas Lara
(Maestrante: Filósofo, comunicador y psicólogo)

Buen día a todos amigas y amigos.
Retomando el testimonial evangélico de Lucas, hoy nos encontramos al Maestro Jesús elevándose al Padre. Sí, Sube a la montaña para orar. Es común descubrir en los textos del evangelio escenas tan profundas como esta. Porqué la profundidad? No es para menos, la union de Cristo con el Padre y el Santo Espíritu se hace más clara en el encuentro, en la oración. En la Sagrada Escritura subir a la montaña significa ir al encuentro de Dios.

Jesús dedica tiempo a encontrarse con el Padre, y lo hace aún más cuando debe tomar una gran decisión. Iba a elegir a los pilares de su Buena Noticia, los que después darían testimonio de Él hasta formar la gran comunidad de creyentes, la Iglesia.

Desde la etapa del encuentro con el Señor (Kerigma) se nos propone la oración como medio excelente para comunicarse y elevarse a Dios. Nuestra limitación humana nos pone frente a la necesidad de orar, dar gracias, alabar, pedir perdón a Dios misericordioso para recibir sus innumerables gracias.


En adelante, hagamos el firme propósito por dedicar momentos a la oración al Señor, e ir progresando en nuestra manera de elevarnos a Dios, para que estemos cada vez mas unidos a Él  y nuestras decisiones sean más acertadas y correctas.

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