«Destruid este templo y en tres días lo levantaré» Evangelio de hoy 09/11/2012

9 de noviembre. Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán

Texto del Evangelio (Jn 2,13-22): Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos. Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: «Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado». Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: El celo por tu Casa me devorará.

Los judíos entonces le replicaron diciéndole: «Qué señal nos muestras para obrar así?». Jesús les respondió: «Destruid este templo y en tres días lo levantaré». Los judíos le contestaron: «Cuarenta y seis años se han tardado en construir este Santuario, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?». Pero Él hablaba del Santuario de su cuerpo. Cuando resucitó, pues, de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho eso, y creyeron en la Escritura y en las palabras que había dicho Jesús.


Algo para la reflexión

José Gilberto Ballinas Lara

Este día, el mundo entero celebra la Fiesta de la "Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán en Roma. ¿Por qué tanta importancia a esta Basílica? El texto del Evangelio de hoy bajo el testimonio de San Juan nos ayuda a comprender mucho su importancia para la Iglesia Universal.

Antes de iluminarnos con el Evangelio. Tomemos en cuenta unos antecedentes que considero necesarios: 

Muchos sabemos que para su encuentro con Dios, el hombre ha destinado espacios privilegiados para que, dicha experiencia, sea especial y lo más plena posible. Las primeros cristianos, en el contexto de las persecuciones de las que eran objeto, se reunían en casas y algunos Templos para compartir la vida Todos los días se reunían en el Templo con entusiasmo, partían el pan, en sus casas[...]Alababan a Dios y se ganaban la simpatía de todo el pueblo. (Hch. 2, 46-47) Este gesto de las primeras comunidades cristianas, lleva también de fondo la intensión de resaltar la UNIDAD entre ellos, por y en su fe en Cristo. Tiempo después de la persecución, con la llegada del emperador romano Constantino sobrevino la radical apertura a la fe cristiana en el gran imperio y esto permitió que fueran edificados Templos y Basílicas, como la Catedral de San Juan de Letrán en Roma.
 
En la actualidad, por razones pastorales, existen infinidad de Basílicas y Catedrales, donde, en las segundas, preside algún obispo en calidad de Pastor de esa Iglesia particular pero que, por la sucesión apostólica, están íntimamente unidas todas y cada una de ellas, también llamadas Diócesis; sobresaliendo la Catedral de Letrán que es propia del Vicario de Cristo y Sucesor de Pedro, actualmente el Papa Benedicto XVI. Esta es signo de la unidad de la Iglesia de Cristo en el mundo.

El Evangelio de hoy nos recuerda que, en sentido estricto, el templo es Cristo mismo «Destruid este templo y en tres días lo levantaré» El Señor, libremente se entregó a la muerte para vencerla y, con su Resurrección, darnos vida. Cada templo, cada  Basílica, cada Catedral alude a Él, en estos templos se celebran los misterios de Cristo, el Señor se hace presente en la Asamblea reunida, en quien la preside, se hace presente en el Altar y de modo especial en el Pan y Vino consagrados. 

Agradezcamos al Señor Jesús por quedarse entre nosotros y permitirnos compartir la realidad de la fe en unión con toda su Iglesia en el mundo. 

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