La Iglesia en apoyo a la formación de nuestros futuros pastores

Por: José Gilberto Ballinas Lara

Un nuevo año, lleno de grandes expectativas y retos, ha iniciado en el Seminario Mayor Diocesano “Santa María de Guadalupe”. La Iglesia de Tuxtla nuevamente se regocija porque esta honorable casa de formación sacerdotal retoma sus actividades en este nuevo curso 2011-2012.
Nuestra Diócesis tiene la gracia de contar con un Seminario bien estructurado  y con los elementos suficientes, para ofrecer una formación integral a todos y cada uno de los jóvenes, que ahí forjan su ser como nuestros futuros guías y pastores.
La vocación al Ministerio Ordenado tiene un carácter necesario y especial para toda la Iglesia. Cristo guía a su pueblo por medio de sus ministros en el mundo. Son ellos los que harán patente la presencia de nuestro Señor Jesús en la realidad.
Por tal motivo, es primordial que la formación de los candidatos al Ministerio Ordenado se realice según los criterios de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, para configurarse con Él y poder llevar a Cristo a todos los pueblos.
Ya el Señor Arzobispo de Tuxtla, Mons. Rogelio Cabrera López durante la “misa del Espíritu Santo” pedía a los jóvenes candidatos que hicieran de este nuevo año de formación un año de vida y esperanza.
Nuestra Iglesia Diocesana se ha caracterizado por impulsar las vocaciones al Ministerio Ordenado. Las oraciones y el apoyo económico son algunas de las maneras de cómo se puede ayudar a nuestro Seminario Diocesano en esa incesante y delicada labor de formar a los futuros pastores. Otra dimensión esencial es la de cultivar en la familia la oración, la escucha de la Palabra de Dios y la reflexión, elementos importantes para ir descubriendo el llamado que Dios hace a cada uno.
De ahí entonces del porqué de la importancia de que la Iglesia continúe participando activamente en la formación de los futuros pastores.
267 son ahora los jóvenes que buscan responder al Señor Jesús luego de la invitación que Él les hizo a aventurarse en este camino, para conocerlo y descubrir la obra que Cristo quiere hacer de cada uno de ellos.
Nuestro Seminario “Santa María de Guadalupe” es el “Corazón de la Arquidiócesis”. Ayudemos a que este corazón continúe latiendo, de manera que continúe siendo signo de vida y esperanza para nuestra Iglesia.

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