Una mujer enamorada de Jesús Eucaristía


“Señor, tu sí que no pierdes tiempo, en verdad nos amas y no quieres que nos apartemos de ti, sino que nos enamoremos más de ti día a día” : Lili Sandoval

José Gilberto Ballinas Lara

“Tengo unos padres maravillosos que Dios con su gracia me ha prestado, que con alegría aceptaron la invitación de Dios de tener a una hija ‘yo’, que en el momento de nacer fui un milagro sobre todo que al nacer, solo Dios y mi madre fueron testigos y nadie más, mis familiares me esperaban con alegría, y que añitos después me hicieron hija de Dios con el Sacramento que me limpió de todo pecado el ‘BAUTISMO’” dijo en entrevista Liliana Sandoval, una mujer de fe que ha recorrido un largo camino en compañía de Cristo. 

Una infancia llena de amor, alegría
Nos comentó que años antes de entrar en la etapa de la adolescencia, recibió “la invitación más importante y maravillosa de su vida”, y que Dios se basó de sus instrumentos, unos jóvenes para hacérmelo llegar, unos jóvenes “se acercaron a la casa para decirme que JESÙS me esperaba con los brazos abiertos en su casa de oración, invitación que tome con alegría y no desprecié asistí y allí me encontré con muchos JESÙS maravillosos que en cada uno de ellos encontré una parte de Dios” expresó la también Lic., en Pedagogía. Nos expuso que inició a recibir varios temas y que fue descubriendo quién es Dios y lo que Él quería para ella. Con cierta tristeza nos compartió que en ese camino se encontró con los primeros obstáculos, y que eran de índole familiar, pero, que eso no hizo que desistiera en su afán.

Dijo también que, cuando comenzó a adentrarse en los caminos del Señor Jesús, Dios fue muy listo, pues le mandó una invitación: “El quería que Yo lo recibiera en la santa comunión. ¡Híjole!, esa noticia me cautivó tanto que dije: Señor tu sí que no pierdes tiempo en verdad nos amas y no quieres que nos apartemos de ti sino que nos enamoremos más de ti día a día” Sin embargo, nos dijo que también en el proceso de preparación aparecieron nuevo obstáculos entre ellos un desaliento porque “pasé todas las preguntas, si no mal recuerdo, como cuatro veces, y nunca llegaba el día que presentaríamos el examen para poder recibir el sacramento, situación que comenzó a desesperarme y decidí dejar por la paz”.

Nos aclaró que tiempo después, Dios se valió de otra persona que, en medio de una fiesta, le preguntó si aún quería recibir el Sacramento de la Comunión, a lo que ella respondió “Sí, inmediatamente”. Nos dijo que en ese mismo momento abandonó la fiesta, y se fue ante el Santísimo Sacramento. Estando ahí en oración dijo a Dios “Señor, acá estoy, ahora di qué quieres de mí”. Explicó que pronto pasó su examen y faltando 15 días para el acontecimiento experimentó gran nerviosismo. Comentó que el día en que recibiría el Sacramento de la Comunión “me acerque y le dije Señor te amo gracias, fue todo lo que pude traer a la mente, fue algo que no voy olvidar toda mi vida, fue donde mi vida comenzó a tener sentido, fue realmente cuando decidí Señor es contigo que me gusta estar así que ni modos vas a tener que aguantarme porque de hoy en adelante quiero seguir conociendo poco a poco todos tus misterios en tu gran misericordia.” Señaló que aunque cada momento que iba conociendo el amor de Dios se le presentaron más obstáculos, pero “el amor de Dios mueve montañas, así que, a seguir en esta hermosa aventura”.

Por otro lado, indicó que pronto tuvo la oportunidad de vivir su primer retiro de tres días, mismo que fue muy gratificante para ella ya que “fue algo sorprendente ver como Dios se manifiesta en cada rinconcito.” Además, nos dijo que pronto tuvo la oportunidad de prepararse para el Sacramento de Confirmación pero no sin algunas no muy buenas críticas “llevé el proceso de formación entre luchas y suplicas con mis papas y mis hermanas, que me tachaban de ‘la exagerada’, ‘la monjita’…pero no les hice caso, eso estaba de más para mí.”

“Después entro a mi etapa de la juventud y yo de la mano de Jesús aún ahí dándole lata, los adolescentes con los que yo inicié mi aventurilla en la juventud ya no eran los mismos, muchos se quedaron en el camino, sólo quedábamos dos, una hermanita en Cristo y yo, con nuevos integrantes, a comenzar una nueva aventura, teníamos reunión tres veces a la semana sin contar los domingos que también teníamos que asistir a misa, era todo dinámico, recibíamos temas, reflexiones, teníamos misa ante el Santísimo, rezábamos el Santo Rosario, salíamos a misionar, etc.” Nos decía Lili con mucha emoción.
“Como ya habíamos perseverado nos llega una invitación en misa, por parte del sacerdote, de ir a vivir el retiro ‘kerigma’… ahí Cristo me hizo saber que para Él no hay nada imposible y que todo lo que pasa en nuestras vidas tiene un por qué, y que Él nos ama tanto que nunca nos va a ser daño mucho menos dejarnos solos”, anotó.

“Para Dios no hay imposible cuando tiene algo preparado para ti”
Nos compartió que había vivido muchos retiros: “A partir de ahí vino una etapa de retiros que vinieron a fortalecer mi vida como verdadera cristiana llena del amor de Dios, el siguiente fue ejercicios espirituales, que también me costó mucho para estar ahí, pero no de mi parte sino de muchas personas que me rodean, ahí me di cuenta que para Dios no hay imposible cuando tiene algo preparado para ti.”Uno de los retiros que más le sorprendieron, dijo Liliana, fue en Aguas Calientes, en un encuentro con Él y con 24 mil jóvenes “en busca de renovar el amor de Dios” compartió que en esa ocasión pudo participar de la Celebración Eucarística en la Basílica de Guadalupe “un sueño que fue hecho realidad.” Nos decía nuestra entrevistada con claro semblante de satisfacción.

Nos compartió que ha comenzado a ver respuestas de sus oraciones a Dios en pro de la conversión de su familia. Para esto aclaró que una de sus hermanas está ya al servicio de Dios y que eso le ha dado muchas esperanzas y espera que pronto toda su familia estará en el camino del Señor.

Sobre su persona nos dijo: “Soy una chava que ama a Dios y a su familia, tengo 24 años de edad, hoy en día pertenezco dentro de la Iglesia prestando mi servicio en una de las rectorías que pertenece al Seminario Mayor, y soy parte del grupo de adoradoras nocturnas, soy una chava feliz de conocer a Dios, en lo académico ya tengo una profesión y aún me sigo preparando.”

“Que Diosito y mamita María los bendigan y los llene de esperanza y amor… recuerden que nunca están solos, que Dios los ama y que no hay nada imposible para Él” concluyó.

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