Una chica confía a Dios la conversión de su Padre y hermano


“Sé que algún día tanto él como mi padre cambiarán, romperán ese corazón de hielo y  se entregaran por completo al Señor sin ningún pero que valga”: Edith Díaz García


José Gilberto Ballinas Lara

A continuación les presentamos el testimonio alentador de Edith Díaz García,  una chica que desde que se inició en los caminos del Señor ha puesto en Cristo toda su fe y esperanza: 

En entrevista, nos compartió que a la edad de  sus 12 años comenzó a conocer a Dios, que llegaba a catecismo y eso “Era muy bonito”. Nos comentó que conforme pasaban las semanas se le hacía más divertido “hasta que se acercaron las comuniones, mi mamá dijo que no podía hacerla por que también sería la clausura de la primaria en la cual gastarían, y que mejor me preparara para el siguiente año.”

“Me preparaba y me preparaba y al final no hacía mi Comunión”
Con un semblante de tristeza, quizá por recordar estos sucesos, nos expuso que continuó llegando pero que para ella ya no era lo mismo “Me daba pena llegar porque mis demás compañeros ya no se preparaban para la Comunión sino para la Confirmación y eso hacía que ya no llegara.” Para esto, nos aclaró que su hermana mayor era catequista y ella la animaba y en otras veces le decía a su mamá que la mandara a su formación en la catequesis. Exteriorizó que así pasó el tiempo y que nuevamente llegaron las comuniones y tampoco volvió a participar del Sacramento, lo cual le llevó a desconcertarse un poco “Muy enojada le dije a mi madre que ya no llegaría por que me preparaba y me preparaba y al final no hacía mi Comunión, ya dos años con lo mismo”, dijo la también monitora de su parroquia.

No han faltado las dificultades familiares
Aún así, nos compartió que no bajó los brazos “Me seguí preparando y esta vez fue diferente porque por fin hice mi Comunión, como ya estaba más grande ya no me podían preparar ahí para la Confirmación ya que tenía que asistir al grupo de catecúmenos, hice mi Confirmación y un día como cualquiera mi hermana, que por cierto ya no era catequista ahora era la coordinadora de la catequesis, me dijo que si por que no me integraba, no lo pensé dos veces y le dije que sí.  Por una parte me sentía muy contenta por que las dos ya teníamos un cargo y gracias a Dios mi madre ya había vivido un encuentro pero por otra parte me sentía muy triste por mi padre, por que él no  quería conocer las cosas de Dios y eso hacía  que a cada rato discutiera con mi madre y mi hermana.” y añadió que su Papá le reclamó algunas veces que Edith nunca ayudaba a su mamá con las labores la casa y que sólo se la quería pasar en la Iglesia, que tal pareciera que ahí quisiera vivir, al menos esto nos compartió la misma Edith.

Sin embargo, nos aclaró que Dios no la abandonó en esos momentos difíciles “Unos hermanos de la capilla que está cerca de la casa llegaban a hablar con mi papá, a invitarlo para que asistiera a los grupos o a algún encuentro o retiro, pero él se negaba. Aún así, nosotros, mi madre, mi hermana y yo,  nunca nos cansamos de insistirle.” Dijo la actual catequista.

Su familia ya está un poco más allegada a Dios
Por otro lado, manifestó estar agradecida con Dios “me doy cuenta de que me dio un familia tan hermosa, dos padres a los cuales amo y mis hermanos a quienes no cambiaría por nada del mundo. Le doy gracias, también, porque ahora no sólo tengo un cargo en la catequesis si no también soy monitora de la parroquia de San Pedro Apóstol y con mi familia ahora somos más unidos, llegamos a misa los domingos. Agregó que su familia ya es más allegada al Señor “aunque a mi hermano no le guste llegar, pero tengo la fe puesta en el Señor  y sé que algún día tanto él como mi padre cambiarán, romperán ese corazón de hielo y  se entregaran por completo al Señor sin ningún pero que valga.” Concluyó con una gran satisfacción nuestra entrevistada.  

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