"Serán los dos una sola carne." Evangelio de hoy


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#NoAlAborto

#FinalDeLosTiempos


"En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según costumbre les enseñaba.

Se acercaron unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba:

-¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?

El les replicó:

-¿Qué os ha mandado Moisés?

Contestaron:

-Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.

Jesús les dijo:

-Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. El les dijo:

-Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio."

¡Palabra del Señor!


Reflexión para la vida

Por: Gilberto Ballinas

San Marcos nos presenta un episodio muy hermoso, donde se destaca la institución y lo sagrado que es el Matrimonio.

Los versos a reflexionar expresan que, estando Jesús lejos de Galilea, y estando cerca de Judea se suscitó un nuevo encuentro con la gente que le seguía y, entre ellos, integrantes de la secta farisaica que le seguían.

Dice el evangelio que "para ponerlo a prueba" le preguntaron "¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?" Nótese la mala intención. Previamente, Jesús había hecho muchas proezas de sanación, lo que sólo algunos profetas de la antiguedad o el Mesías podrían realizar. Los fariseos querían saber si Jesús respetaria la ley Mosaica sobre el divorcio que, de algún modo, permitía que el hombre  divorciarse. Pero, la mujer no podía hacer lo propio (recordemos que en tiempos de Cristo, la mujer tenía escasos derechos y garantías) Esta pregunta, fue bien aprovechada por el Maestro para dejarles en claro que, para Dios, tanto el hombre como la mujer gozan de la misma dignidad, y derechos. Y en el matrimonio se consuma una unión plena, por y a favor ambos. Para ello tomó como referencia el libro del Génesis (Según muchos teólogos también de autoría de Moisés) sobre el relato de la creación de Adán y Eva para dejar en claro la indisolubilidad de la unión matrimonial.

En nuestros días, el matrimonio ha sido relegado a una opción secundaria y hasta temporal. El Sacramento del Matrimonio está siendo atacado con mayor fuerza por las corrientes llamadas "progresistas" a favor de nuevos estilos de vida, a favor de la muerte y la individualidad, agenos al evangelio y a la voluntad de Dios.

¿Pertenecemos a la Iglesia de Cristo? ¿Tenemos la bendición de contar con el Sacramento del Matrimonio?   De ser así ¿Estamos viviendo nuestra vida matrimonial en unión con nuestro esposo o esposa? ¿No será que, deslumbrados por la oferta que este mundo de pecado nos ofrece, nos estamos inclinando hacia la ruptura de nuestra unión en el matrimonio? ¿Y la familia que ahora tenenos, nuestros hijos, todo en su conjunto que es regalo de Dios, dónde queda?

Imploremos la Misericordia del Señor y pidamos perdón de nuestras faltas contra la  unión matrimonial que hemos recibido. Y, siguiendo el consejo de Jesús, dejemos de vernos como dos y hagamos esfuerzos por ser una sola persona. De ese modo, nuestra familia se verá favorecida de esta unión y la vivencia del amor cristiano será más pleno en élla.

ELEVO UNA SÚPLICA, A CRISTO, POR TI:

"Señor nuestro, Jesucristo, imploro tu amor y compasión por el hermano y hermana que hoy me leen, para que se decidan dejar la individualidad y egoísmo que tanto dañan a la familia, y comiencen a vivir en la unidad matrimonial, conforme a la voluntad de Dios. Amén.


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