Adviento: Tiempo para dejar de actuar conforme el mundo, y preparar el Pesebre, que somos, desde nuestro Bautismo

#DefendamosLaFamilia
#SalvemosLasDosVidas
#FinalDeLosTiempos
#VenSeñorJesus

Por: Gilberto Ballinas



Hemos concluido un año litúrgico, un año en el que pudimos compartir la vida como Iglesia de Cristo, en medio de las celebraciones sacramentales y del culto, además de la formación cristiana, de las misiones que, de una u otra manera, nosotros, el “Cuerpo Místico de Cristo”, realizamos desde nuestra realidad particular, en miras a difundir el Evangelio.

Todas estas vivencias nos han marcado para bien, nos proyectan en busca de un ejercicio Evangelizador más eficaz en el nuevo año que iniciamos; nos remiten a ver los logros obtenidos y fortalecerlos, pero también a considerar lo que nos hizo falta, lo que no se alcanzó y tomar cartas en el asunto, todo en miras, como hemos dicho, de una mejor evangelización.

Para esto, contamos con un tiempo de gracia, un tiempo que nos invita a reflexionar, a profundizar en nuestra realidad como Iglesia que busca realizar la voluntad de Cristo; esto es el Adviento, un tiempo donde los Cristianos Católicos se disponen a prepara la solemne fiesta del Misterio de la Encarnación de Nuestro Señor Jesucristo.

Pensamos en una misión, en dar a conocer la Buena Nueva, pero esto, a su vez, supone haber recibido la misión de Aquél que es la Buena Nueva en sí misma, Cristo, el Verbo de Dios hecho hombre para salvarnos.

En el tiempo de Adviento, resuena el mensaje de esperanza, que nos incita a levantar la mirada hacia Dios y esperar la salvación definitiva que sólo Él puede procurarnos. Es necesario pues, profundizar en los signos de los tiempos, estar atentos a las mociones del Espíritu Santo y disponernos a asumir lo que Èl nos pide a cada uno a favor del Pueblo de Dios.

La situación  actual, lejos de permitirnos libremente profesar nuestra fe en Cristo, de vivir como hijos de Dios, nos obstaculiza en mucho: Enfermedades creadas por el mismo sistema corrupto y perverso, políticas creadas para eliminar la visión esencial de la Familia humano-cristiana, distorsionar las relaciones afectivas y la sexualidad humana, así como la imposición cada vez más clara de un nuevo "Desorden mundial"


En este contexto, los creyentes de Cristo, y quienes tenemos el privilegio de formar parte de su cuerpo, la Iglesia Católica, necesitamos parar de nuestra agetreada vida. Dejar de emocionarnos con la mercadotecnia y el cosumismo (luces, arbolitos, Santa Claus, regalos, fiestas, compras excesivas e innecesarias, etc.) que es lo que la perversa mente de este mundo nos ofrece, y fijar nuestra atención en el Pesebre que somos desde nuestra creacion, desde que vivimos y recibimos el Bautismo, para prepararnos a recibirle como él se merece. 

Dispongámonos a vivir el Adviento como un tiempo de gracia, poniendo nuestra esperanza en Cristo que nos da una libertad más allá de la libertad puramente social, una libertad que supera la realidad y lleva a la plenitud de la vida del género humano, la vida en Cristo.

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