"Si alguno viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre...no puede ser discípulo mío" Evangelio de hoy 07-11-2012
Miércoles XXXI del tiempo ordinario
Lucas 14, 25-33 En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: "Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí, no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: "Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar". ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío.
Algo para la reflexión
José Gilberto Ballinas Lara
Este día san Lucas nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la radicalidad de nuestra respuesta en el seguimiento al Señor Jesús.
Mucha gente acompañaba a Jesús Así comienza el texto de hoy. Podemos imaginarnos la gran cantidad de discípulos que siguieron, en un principio, al Maestro. Ellos lo seguían por algún interés particular, pero Jesús sabía que no todos irían con Él hasta el final. En atención a ellos da a conocer las exigencias que implica seguirlo Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
Esta expresión ha sido, para muchos, objeto de escándalo por las interpretaciones tan precipitadas y faltas de contexto de las que ha sido objeto. En ese tiempo el apoyo familiar marcaba la diferencia entre vivir o morir. Cuando el Señor pide posponer a su padre y madre, y a su familia en general, significa dejar eso que es bueno por algo aún mejor, el seguimiento de Cristo.
Así pues, Cristo les pide a todos ellos que, ante la necesidad de responder plenamente al llamado de Dios, lo hagan tomando en cuenta que su prioridad ahora es Anunciar la Buena Noticia antes que atender los asuntos de su "casa paterna" (familia).
¿Cuántos habemos que hoy decimos Sí al llamado del Señor, pero nos pasamos la mayor parte de nuestro tiempo buscando una vida "normal" conforme a las pautas que las sociedades actuales nos proponen?
Hagamos esfuerzos por asumir nuestra condición de bautizados y ser capaces de dejar los posibles intereses particulares por la voluntad de Dios, al punto tomar con alegría la propia cruz así como Él lo pide cuando dice Quien no lleve su cruz detrás de mí, no puede ser discípulo mío.
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