9 de noviembre. Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán
Texto del Evangelio (Jn 2,13-22): Cuando se acercaba la Pascua de los judíos,
Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes,
ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos. Haciendo un látigo con
cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó
el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; y dijo a los que vendían
palomas: «Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de
mercado». Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: El celo por tu
Casa me devorará.
Los judíos entonces le replicaron
diciéndole: «Qué señal nos muestras para obrar así?». Jesús les respondió:
«Destruid este templo y en tres días lo levantaré». Los judíos le contestaron:
«Cuarenta y seis años se han tardado en construir este Santuario, ¿y tú lo vas
a levantar en tres días?». Pero Él hablaba del Santuario de su cuerpo. Cuando
resucitó, pues, de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había
dicho eso, y creyeron en la Escritura y en las palabras que había dicho Jesús.
Algo para la reflexión
José Gilberto Ballinas Lara
Este día, el mundo entero celebra la Fiesta de la
"Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán en Roma. ¿Por qué tanta
importancia a esta Basílica? El texto del Evangelio de hoy bajo el testimonio
de San Juan nos ayuda a comprender mucho su importancia para la Iglesia
Universal.
Antes de iluminarnos con el Evangelio. Tomemos en
cuenta unos antecedentes que considero necesarios:
Muchos sabemos que para su encuentro con Dios, el hombre ha destinado
espacios privilegiados para que, dicha experiencia, sea especial y lo más plena
posible. Las primeros cristianos, en el contexto de las persecuciones de las
que eran objeto, se reunían en casas y algunos Templos para compartir la vida Todos
los días se reunían en el Templo con entusiasmo, partían el pan, en sus
casas[...]Alababan a Dios y se ganaban la simpatía de todo el pueblo. (Hch. 2,
46-47) Este gesto de las primeras comunidades cristianas, lleva
también de fondo la intensión de resaltar la UNIDAD entre ellos, por y en su fe
en Cristo. Tiempo después de la persecución, con la llegada del emperador
romano Constantino sobrevino la radical apertura a la fe cristiana en el gran
imperio y esto permitió que fueran edificados Templos y Basílicas, como la
Catedral de San Juan de Letrán en Roma.
En la actualidad, por razones pastorales, existen infinidad de Basílicas
y Catedrales, donde, en las segundas, preside algún obispo en calidad de Pastor
de esa Iglesia particular pero que, por la sucesión apostólica, están
íntimamente unidas todas y cada una de ellas, también llamadas Diócesis;
sobresaliendo la Catedral de Letrán que es propia del Vicario de Cristo y
Sucesor de Pedro, actualmente el Papa Benedicto XVI. Esta es signo de
la unidad de la Iglesia de Cristo en el mundo.
El Evangelio de hoy nos recuerda que, en sentido estricto, el templo es
Cristo mismo «Destruid este templo y
en tres días lo levantaré» El Señor, libremente se entregó a la muerte para vencerla y, con su Resurrección, darnos vida. Cada
templo, cada Basílica, cada Catedral alude a Él, en estos templos se
celebran los misterios de Cristo, el Señor se hace presente en la Asamblea
reunida, en quien la preside, se hace presente en el Altar y de modo especial
en el Pan y Vino consagrados.
Agradezcamos al Señor Jesús por quedarse entre
nosotros y permitirnos compartir la realidad de la fe en unión con toda su Iglesia en el mundo.
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