Por: Mtro. Gilberto Ballinas
"Si tan solo cultivaran la humildad y sencillez de corazón, escucharían el llamado que la Santa Madre de Dios les hace ( de subir a su encuentro para ella mostrarles a Cristo, como lo hizo conmigo aquella vez, en el Tepeyac, al revelármelo en su vientre), y libres de temores terrenos, recibirían las flores de sus bendiciones y la llevarían siempre, muy cerca de ustedes, en su corazón. Y así como yo, correrían presurosos para dar a conocer, a su Hijo, y decir al mundo: 'No estamos desamparados. Cristo y María nos acompañan' "
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