"Y se les abrieron los ojos" Evangelio de hoy


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Mt 9,27-31: "En aquel tiempo, dos ciegos seguían a Jesús, gritando:

- «Ten compasión de nosotros, hijo de David.»

Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo:

- «¿Creéis que puedo hacerlo?» Contestaron:

- «Sí, Señor.»

Entonces les tocó los ojos, diciendo:

- «Que os suceda conforme a vuestra fe.»

Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente:

- «¡Cuidado con que lo sepa alguien!»

Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca"

¡Palabra del Señor!

REFLEXIÓN PARA LA VIDA

Por: Mtro. Gil Ballinas

Los versos de San Mateo que vemos hoy, habla de una sanación, que al igual que otras que había realizado con anterioridad  (como la sanación de la mujer que, al tocar la túnica de Cristo, quedó libre de la enfermedad que le producía flujo de sangre) tiene como elemento principal, la gran fe que el necesitado enfermo pone en Jesús.

Esta ocasión, fueron dos ciegos que seguían al Señor y le gritaban "ten compasión de nosotros, hijo de David"  En esta expresión, van implícitas la necesidad de los ciegos de poder ver (esa ceguera no les permitía vivir plenamente. Los excluía de los demás, ya que, en tiempos de Jesús, se pensaba que la enfermedad era consecuencia del pecado cometido por uno mismo o por los padres), y el reconocer la mesianidad de Jesús "hijo de David".

En este testimonial evangélico, San Mateo destaca también que el Maestro Jesús primero sanaba el alma (como el caso del paralítico a quien le dice "tus pecados son perdonados") y en consecuencia el cuerpo se curaba.

Antes de proceder, Cristo les pregunta "¿Creen que puedo hacer eso?" Ellos dijeron "Sí, Señor". Jesús les respondió "«Que os suceda conforme a vuestra fe.»"

Nuestras sociedades, hoy, siguen padeciendo grandes enfermedades. Dentro de ellas la ceguera del alma que cierra la inteligencia y no permite ver, los males que el ser humano provoca con sus malas inclinaciones y pésimos modos de vivir, alejados de la voluntad de Dios que "quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad": Cristo.

Jesús camina con nosotros. Pero muchos no lo quieren reconocer como nuestro Dios y Salvador. Es un hecho que necesitamos ser sanados por Él. Pero la curación no llegará, sino nos acercamos al Señor (al igual que esos dos ciegos del que habla el evangelio de hoy), con humildad y la esperanza que da la fe en Cristo.

ELEVO UNA SÚPLICA, A CRISTO, POR TI:

Señor Jesús, que tienes el corazón lleno de misericordia. Toca a la persona que ha leído  este mensaje,  para que reconozca su ceguera de alma y acuda, a tí, para recibir la única y verdadera curación de sus males. De modo que pueda ver que tú eres "el camino, la verdad y la vida" Amén.

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