José Gilberto Ballinas Lara
Es probable que al menos en una ocasión hayas escuchado el término Filosofía, o bien, lo hayas leído: en algún texto, revista, en la televisión o por algún otro medio. En algunos, este hecho habrá provocado una inquietud que los llevaría, tarde o temprano, a considerar éste asunto. Sin embargo, también habrá quienes le resten importancia, sea por una u otra razón, pero en definitiva es seguro que nos habremos encontrado con el concepto en cuestión.
Es común entre las personas relacionar el término filosofía al modo de pensar de un sujeto, o de un grupo, lo cual no está lejos de una definición correcta o al menos aceptable de la misma. El término ha sido definido desde distintas perspectivas y por muchos filósofos en distintas circunstancias.
La filosofía no es la sabiduría de algo, menos una ciencia, es “una reflexión sobre los saberes disponibles”. No aprendemos filosofía, desarrollamos la capacidad de filosofar, es decir, nos preguntaremos por nuestro pensamiento, el de los demás, por lo que la experiencia sensible nos brinda, y también lo que nos esconde. La filosofía no es ajena a nosotros, es decir, si bien existen especialistas en la materia, es también cierto que filosofar es parte de nuestra vida “La filosofía no es fundamentalmente una especialidad, ni un oficio, ni una disciplina universitaria: es una dimensión constitutiva de la existencia humana” como expresa André Comte S. Es necesario que hagamos conciencia de que somos seres dotados de razón a diferencia de los demás seres a quienes su actuar se debe a una determinación en su naturaleza, o al instinto.
Las ciencias particulares, buscan una verdad o un saber concreto y o particular, la filosofía busca la verdad absoluta, la que da sustento a todo, y que en definitiva nos procura una vida mejor y sobre todo una existencia feliz tanto individualmente como colectivamente.

Ahora, te toca a ti considerar la tarea de filosofar desde tu realidad, es decir, desde tu vida, pregúntate por los acontecimientos comunes que percibes a diario. Pero en la medida de lo posible, acércate a los textos de filosofía, o en su defecto solicita ayuda de alguien que puede brindártela, y, por qué no, invita a los demás que hagan lo mismo. De esta manera podremos comprender lo que acontece en nuestras vidas y en el mundo, del cual somos parte. Y como dije antes, podremos vivir mejor y será más fácil encontrar el camino a la felicidad.
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