¿La sabiduría o la estupidez?

José Gilberto Ballinas Lara 
(Filósofo, psicólogo, comunicador, educador)


Esta vez, quiero hacer una pequeña reflexión de un asunto muy importante en el mundo de la filosofía, me refiero a la “Sabiduría”. ¿Por qué su importancia?, bueno, considero suficiente dar un vistazo a la raíz etimológica del concepto philosophia, que en griego, es el amor a la sabiduría. Esto es lo propio del filósofo la búsqueda del saber, pero no un saber cualquiera ya que la sabiduría no se puede reducir al conocimiento de tal o cual cuestión, no es únicamente teoría, sino  es, por mucho, cuestión de práctica. No es materia de ciencia alguna, más bien de la vida misma.

La sabiduría es, entonces, un saber vivir y es aquí donde encuentra su sentido último. La ciencia particular nos puede ayudar a explicar un fenómeno específico, pero no nos dice cómo debemos vivir, ni si quiera nos da la razón definitiva del por qué de la vida. Y es que, aunque el ser humano necesite conocer los fenómenos que se le presentan para comprenderlos y actuar en consecuencia, estos no le dan las pautas necesarias para encontrar el sentido de su existencia, de su ser como persona. La Química nunca dirá a un Químico cómo vivir, ni si debe ser Químico para encontrar el sentido y el valor de la humanidad, por decir algo.

Si bien es cierto que debemos esforzarnos por sobrevivir -y en esto nos ayuda el ser docto en alguna ciencia- también es igual o más necesario preguntarse ¿por qué sobrevivir? Esto último nos lo ofrece sólo la sabiduría, únicamente podemos aspirar a ella si nos hacemos consientes de que somos seres pensantes (esto nos distingue de los demás seres), que es una tarea necesaria pensar, reflexionar sobre la vida, ¿Cuál es mi fin último? Necesitamos filosofar -como se dice en términos filosóficos- para vivir de la mejor manera.


El esfuerzo que realicemos por alcanzar la sabiduría, nos procurará una vida más clara, más feliz. Es la felicidad el fin último de todo ser pensante, pero no una felicidad aparente como el placer sensitivo (que reduce al ser humano a pura sensibilidad), sino, la que considera al hombre íntegramente, la felicidad plena o definitiva.

Pienso que lo que más puede contraponerse a la sabiduría pudiera ser la “estupidez”. Deberíamos aspirar a una vida cada vez más inteligente y esforzarnos por aplicarla en nuestra existencia, allí donde nos ha tocado vivir, ya que también la pura racionalidad nos deja “en las nubes” (válgase la expresión) por no vivir lo que pensamos.  Lo que alcemos con la inteligencia, nos remite a actuar. Actuemos en consecuencia.

Finalizo esta breve y sencilla reflexión, diciendo que la sabiduría es aquello que tanto anhelamos, pero que también muchos desatendemos, sea por faltarnos ser concientes de nuestro ser, sea porque no se nos han dado las bases necesarias para filosofar, o por otras razones. Sin embargo, a ti que tienes la oportunidad de leer esto, te invito a reconsiderar que eres capaz de filosofar en mayor o menor medida dependiendo de las circunstancias en la que te encuentres. Tú, puedes desarrollar –no sin un poco de esfuerzo y disposición- esta capacidad. Además, esmérate en alcanzar la sabiduría plena, la misma que te dará muchos elementos para que vivas realmente y por ti hagan otros lo mismo, dejar la estupidez y optar por la sabiduría.

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