"Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca!" Evangelio de hoy

"Es
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Lc 17,1-6: "En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

-Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca!

Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar.

Tened cuidado.

Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: «lo siento», lo perdonarás.

Los apóstoles le pidieron al Señor:

-Auméntanos la fe.

El Señor contestó:

-Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: «Arráncate de raíz y plántate en el mar», y os obedecería"

¡Palabra del Señor!


REFLEXIÓN PARA LA VIDA

Por: Mtro. Gil Ballinas

El texto de hoy, nos ofrece consejos evangélicos muy prácticos, para una auténtica vida cristiana.

En el contexto a la subida a Jerusalén, donde Jesús daría testimonio del Padre (con su pasión, muerte y resurrección), ante sus discípulos, sabiendo de la necesidad de estos por entender mejor las enseñanzas de su Maestro que, constantemente, confrontaban las enseñanzas de los maestros de la ley, ofrece los siguientes consejos:

1) Primero, les aclara que los "escándalos" (En especifico, seguramente refiriéndose a las constantes controversias, respecto a las más de seiscientas, pesadas, normas judaicas y la injusta imposición de la misma al pueblo, por parte de los rabinos, fariseos y escribas, siendo que éstos no los cumplían) estarían presentes siempre, y poco o nada podría hacerse para que no sucedieran. Que lo realmente importante era, como buen discípulo, evitar ser causa de esos escándalos, como lo eran la élite judaica.

2) Sobre la relación con el hermano, les exhortó a corregirle cuando, de él, recibieran alguna ofensa. Sin embargo, estar dispuesto a otorgar el perdón las veces que el ofensor, reconociendo su falta, pida ser perdonado.

3) Sobre la petición de sus discípulos en cuanto al aumento de la fe, les propuso el ejemplo del grano de mostaza, para tratar de convencerlos de que, la auténtica fe en Cristo es capaz de realizar grandes proezas, como poder, uno mismo, hacer un cambio radical de vida (de la no fe, a la fe), y poder ayudar a otros (con el propio testimonio de vida) a hacer lo propio.

Frente al panorama tan complicado en el que vivimos en la actualidad, lleno de constantes ataques a las bases y fundamentos humanos (como los valores morales que nos ayudan a diferenciarnos de los demás seres y nos constituyen como personas para ser mejores  y vivir en armonía social), así como a los principios de fe cristiana (que nos educan en el amor y pueden hacernos capaces de cambiar nuestra mala vida por una buena vida y ello redunde en una mas fraterna convivencia comunitaria y en relación con Dios); a los cristianos, el Señor Jesús, nos pide estar atentos de no caer en las trampas que se tienden a nuestros pies, como son el caso de los escándalos sobre libertinaje sexual, relaciones y "matrimonios" homosexuales, aborto, etc. También, evitar ser partícipe de ese nefasto "desorden social" que busca destruir la relación del hombre con Dios, acomodándose a la vida terrena y dando "rienda suelta" a los placeres temporales, que, como he dicho en otras ocasiones, llevarán al género humano a su destrucción.

De otro modo, si dejamos el camino del Señor, por el mal camino que el mundo actual nos propone, bien podríamos aplicarnos esa sentencia que dijo nuestro Señor: ¡más nos valdría que nos encajaran en el cuello una piedra de molino y nos arrojasen al mar!

Por lo demás, si nos hacemos llamar cristianos, el evangelio nos invita a corregirnos fraternalmente entre nosotros, perdonarnos y pedirnos perdón mutuamente. Además de hacer mayores esfuerzos por profundizar en la palabra del Señor, vivir los sacramentos, para, así, poder dar buen testimonio de fe a este mundo necio e insensato.

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