José Gilberto Ballinas Lara
La persona desde su concepción se hace partícipe de las características propias del hombre, la autodeterminación que le es propia, la voluntad y libertad que le hacen definir su sentido y finalidad en la vida lo diferencian de los demás seres.
En ese proceso de autodeterminación y elección, tiene que pasar por algunas etapas como: la infancia, la adolescencia y juventud, la madurez, y aspirar así a una ancianidad con la mayor satisfacción de vida posible.
Cada etapa tiene su sentido e importancia propia. Sin embargo, quiero centrarme en la etapa de la juventud, que es donde la persona descubre múltiples cambios de orden fisiológico, psíquico, racional y espiritual; que la van constituyendo la persona que será en la etapa madura. Además, la persona empieza a vislumbrar que forma parte de un todo, y que tiene que interactuar con otros como él, que igual están buscando dar un sentido a su vida buscando su plenitud.
El joven, es así sujeto imprescindible de su propia realización y perfección, misma que solo logrará en la realidad comunitaria o social a la que pertenece. Precisamente en la sana relación con los demás podrá forjar su ser de persona con miras a su desarrollo y bienestar.
Que la persona en su juventud logre descubrir todos estos elementos, es una realidad que se torna difícil si consideramos que existen infinidad de obstáculos (la falta de conciencia, la cerrazón y la indiferencia, por mencionar algo) que evitan que muchos de los jóvenes hagan uso de su voluntad y libertad de manera responsable, por lo que no logran constituirse personas con un sentido y finalidad de vida bien establecidos.
Esto, hace que los que pasan por la situación antes mencionada no logren desarrollar sus cualidades y aptitudes necesarias, mismas que les permitan ser personas adultas con el criterio y claridad de vida suficientes que les proporcionen lo necesario para su realización.
En respuesta a esto, hoy en día existen muchas instancias que, no sin muchos esfuerzos, buscan devolver a la persona su condición como tal, para que, superando los obstáculos cultiven mejor su ser desde la juventud misma y puedan conseguir una realización de vida guiada por un uso de la razón y de su auténtica libertad.
Es tarea de los jóvenes dirigir esfuerzos en pro de constituirse personas verdaderas, capaces de asumir una radical posición que los lleve a la búsqueda de una realización de sí mismos, considerando también que son ellos quienes tendrán que guiar su vida en búsqueda de la felicidad y perfección, además de ordenar, en un futuro, el destino del mundo.
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