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Lc 10,13-16: "En aquel tiempo, dijo Jesús:
-¡Ay de ti Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza.
Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo.
Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado."
¡Palabra del Señor!
Reflexión para la vida
Por: Gilberto Ballinas
La liturgia de la Palabra nos invita a seguir meditando el testimonial de San Lucas. El Evangelio de la Misericordia (dicen algunos teólogos).
El Señor Jesús, en el contexto de la subida a la ciudad de Jerusalén, luego de enviar, a misión, a los 72 discípulos, detallándoles el itinerario que realizarían, les dejó claro que habrían de encontrarse lugares como "Corazin, Betsaida", e incluso, "Cafarnaúm" , donde quizá no les recibirían y harían, caso omiso, al mensaje del Maestro que ellos llevarían.
Aún así, Jesús conforta (de algún modo) a sus discípulos, expresándoles que aún cuando fueran rechazados era el mismo Maestro a quien rechazaban y al mismo Padre del cielo.
Cristo continúa llevando su mensaje, la Buena Noticia de la salvación, al decadente mundo actual. Lo hace atravez de su Iglesia, de sus Ministros y laicos. Especialmente de aquellas y aquellos que, esforzándose por vivir más en santidad, testifican el Evangelio con su ejemplo, con su perseverancia en la fe. Cayéndose pero levantándose. Respetando y sin modificar lo aprendido en la sana doctrina y en los consejos evangélicos.
El mundo actual se corrompe con la maldad, la iniquidad de algunos que dirigen los sistemas políticos, económicos, y sociales. La carrera de la deshumanización (la cultura de muerte, la divinización de la cibertecnologia, las corrientes absurdas como la de género a favor de la destrucción de la familia) ha cobrado fuerza, gracias a la indiferencia de mucha gente de buena voluntad y por la aceptación de estas abominaciones contrarias al Evangelio. Lamentable decir que hay algunos sectores, del cuerpo místico de Cristo (la Iglesia), que se han volcado a favor de la iniquidad y la maldad expuestas. Como el caso de algunos obispos que exigen al Papa Francisco tener apertura sobre "matrimonios igualitarios", por poner un ejemplo.
Ante este panorama, Cristo sigue haciendo presencia en su Palabra contenida en la Sagrada Escritura, especialmente en el evangelio, como en los versos que hoy contemplamos. Su mensaje busca remover las conciencias dormidas en su Iglesia y el mundo. Pero habemos muchos que, por soverbia e ignorancia, rechazamos su mensaje. Con esta actitud podemos compararnos en semejanza a los ciudadanos de aquella Corazin, o pueblo de Betsaida. Inclusive podríamos estar viviendo en nuestro interior una maldad como en Cafarnaúm. ¿Es tu caso? ¿No te interpela el mensaje de Cristo? Si rechazamos su mensaje, lo rechazamos a él y, claro, también al Padre Eterno y al Santo Espíritu que mora en nosotros desde nuestro bautizo. Vivimos tiempos decisivos en la eterna lucha del mal por destruir la obra de Dios. Debemos decirnos ¡ya! O estamos con Cristo o estamos contra él. No existe postura intermedia.
Imploremos la misericordia del Señor y, reconociendo nuestra iniquidad, con corazón humilde, pidámosle perdón, con la promesa de abrir nuestro ser a su mensaje salvífico y, haciéndolo nuestro, lo vivamos testimoniándole en este mundo. Sabedores que seremos repudiados y perseguidos, incluso, por familiares, amigos y hasta por algún miembro de la Iglesia del Señor.
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