"El día del juicio habrá menos rigor para la ciudad de Sodoma" que para nuestro pueblo de México y el mundo entero Evangelio de hoy


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Mt 11,20-24: "En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido:

-¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida!

Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza.

Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.

Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo?

Bajarás al Abismo.

Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy.

Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti."

¡Palabra del Señor!

Reflexión para la vida

Por Gil Ballinas

"Se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros..." Así comienza el texto del evangelio de este día. Dice Mateo que Jesús, una vez elegidos sus doce apóstoles y haberlos instruido, salió con ellos a anunciar la llegada del Reino de los Cielos.

El Maestro había realizado multiples prodigios en ciudades como Corazin y Betsaida. Donde, habiendo presenciado los milagros del Señor,  hicieron poco, o nada para convertirse al bien y dejar su mal camino. Así lo expresa el evangelista cuando dice: "porque no se habían convertido"

La fe en Cristo es un don, parte de la iniciativa de Dios que la da y comparte, pero necesita de la aceptación y acogida del destinatario, cada uno de nosotros. Sí aceptamos la fe, es porque hemos iniciado un proceso arduo y prolongado (de por vida) de conversión. Dejar el mal (dejar de ser esclavo del pecado y la muerte) y aceptar el bien supremo que nos ofrece nuestro Señor (Su salvación y la vida eterna).

El Señor nos acompaña cada día, cada momento de nuestra vida, siempre y cuando y en la medida que, nosotros, lo aceptemos en nuestro ser. Esa aceptación de la fe en Él, se debe ver reflejada en nuestras acciones de cada día. En la práctica de buenas acciones se notará el crecimiento de nuestra fe.

Son cada vez más, los países donde se aceptan y practican estilos de vida agenos al Evangelio. La muerte, la excesiva violencia, y la perversión sexual, son ya vividos en exceso y se imponen (hasta por la vía legal) a otros. Forma parte del "nuevo orden mundial" Nuestro amado país, nuestro querido México, está en la mira de aquellos que fomentan este "nuevo desorden mundial" (válgase la expresión) y buscan imponer, estas abominaciones a nuestra sociedad.

A quienes hemos recibido el maravilloso don de la fe cristiana, debemos dar signos de nuestro proceso de conversión. Nuestra vida debe manifestar alegría, cada vez más amor por nosotros mismos y por el prójimo. Si esto no se ve, significa que nuestra fe es nula, y no estamos en el proceso de conversión. En el mundo actual, se nota esta falta de fe. Al no haber fe, no puede haber amor propio y menos al prójimo. Este hecho debería preocuparnos mucho, puesto que así como lo hizo a Corozaín, Betsaida, o a Cafarnaum, comunidades que vieron la obra de Cristo en sus vidas, pero, no respondieron favorablemente a la fe, no creyeron. Al igual que a ellas, nuestro Señor nos podría estar anticipando que, "el día del juicio habrá menos rigor para la ciudad de Sodoma" que para nuestro pueblo de México y el mundo entero.

Pidamos a nuestra Santísima Madre, la Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, que, por el gran amor maternal que nos tiene, siga alcanzándonos las gracias de su hijo Jesucristo, entre ellas el don de la fe.

ELEVO UNA SÚPLICA, A CRISTO, POR TI:

Señor nuestro, que con misericordia nos concedes el don de la fe, mira con bondad a esta hija (o) que necesita de ti, has que pueda ver, para que, contemplando tus obras en su vida, reciba la fe y se convierta, a ti, que eres el Bien supremo. Amén.

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