"Obrad por el alimento que permanece para la vida eterna" Evangelio de hoy 15-04-2013


Del Santo Evangelio Según San Jn 6,22-29 Después que Jesús
hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos le vieron caminando sobre el agua. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar, vio que allí no había más que una barca y que Jesús no había montado en la barca con sus discípulos, sino que los discípulos se habían marchado solos. Pero llegaron barcas de Tiberíades cerca del lugar donde habían comido pan. Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús.

Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: "Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?". Jesús les respondió: "En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello". Ellos le dijeron: "¿Qué hemos de hacer para realizar las obras de Dios?". Jesús les respondió: "La obra de Dios es que creáis en quien Él ha enviado".

Palabra del Señor.


Breve Reflexión

José Gilberto Ballinas Lara
MAESTRANTE (Filósofo, comunicador y psicólogo)

Apreciables amigas y amigos:

El Evangelio de este lunes III de Pascua, nos  demuestra, entre otras cosas, la absurda concepción de Jesús, que lo considera como un Dios que se amolda a las circunstancias y exigencias egoístas del hombre.

San Juan, como es común en su testimonio evangélico, menciona las obras del Señor en clave de signos, para destacar la auténtica dimensión mesiánica de Cristo, en quien desembocan las enseñanzas de La Ley y los Profetas.

Luego del signo de la multiplicación de los panes y peces, y de caminar sobre las aguas a la vista de sus apóstoles, Jesús nuevamente se encuentra con una multitud que lo seguió hasta Cafarnaúm, donde él estaba, para recibir del Señor más beneficios materiales, entre ellos la seguridad de que, si siguen con el Maestro pueden contar con el alimento diario.

En la Iglesia existen personas que únicamente forman parte de la misma para lograr un estatus social y ser reconocidos. También hay de los que se hacen llamar "Católico a mi manera" que conciben a un Cristo moldeable, un Jesús que cumple cada una de los caprichos de quienes le rezan, un Dios que está para obedecer y no para ser obedecido.

Para quienes observan este tipo de conductas, es urgente que se les haga ver, de buena manera y por medio de los procesos correctos de evangelización, que Dios es providente y misericordioso, nos ha dado su amor y su salvación en Cristo, pero que, en definitiva debemos seguirlo y amarlo, reconociendo en Jesús al único Señor y Salvador y que nuestra vida debe ser un esfuerzo por vivir conforme sus enseñanzas y no conforme a nuestros propios criterios.

Notemos los signos diarios y contidianos que Jesús hace en nuestra vida (darnos la vida, la salud, a nuestros seres queridos, un trabajo, la fe en Él, poder alimentarnos con su cuerpo y sangre) y démoles gracias por todo lo que hace por nosotros haciendo su voluntad, para que cuando estemos ante Él podamos decir con seguridad ¡He obrado, Señor, por el alimento que permanece para la vida eterna y que nos has dado tú!


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